lunes, 26 de noviembre de 2012

Rapeando en Carrefour



Perseguir los sueños es un camino difícil. Esa meta que llevas soñando conseguir desde que eras un pequeño crío viendo los anuncios de los juguetes de navidad en la tele con toda la ilusión del mundo. Después del paso más difícil (desnudarse para sí mismo interiormente) queda descubrir que quieres.

A menudo es frecuente que alguien con tantas cualidades e ilusiones desaproveche su vida pensando que quiere trabajar en una cafetería queriendo ofrecer su mejor sonrisa al mundo porque dice "no querer aspirar a nada más". Bien, pues yo os digo que no es cierto. No es cierto que alguien que disfruta haciendo algo pueda mantener una sonrisa todos los días ocupando tareas que podría hacer cualquiera que mantenga las funciones físicas básicas del ser humano. El camino consiste en algo totalmente contrario, de tal manera que uno solo debe experimentar y probar hasta dar con eso que tanto anhela para después enfrentarse con el reto más difícil de su vida, conseguirlo.

El ser humano es tan ambicioso que no se conformará con ser el primero de la clase o con obtener un trabajo de alta posición económica. El ser humano anhela ser el mejor en su especie. Puede que ese afán de superación a través de los sentimientos y experiencias sea el que nos caracterice y nos haga capaces de hacer cosas inimaginables en la realidad que vivimos todos.

El precio a pagar puede que sea caro. Puede que en esta sociedad algunos destinos esten más marchitos que otros. Un alma de artista es condenada a triunfar con una genialidad o premiada con el más absoluto clandestinio y sopor por las altas esferas comunicativas (los que manejan el cotarro). Obvio que en una sociedad capitalista lo que prime sea el dinero y como se venda. Si algún día cambia esto os aseguro que oiréis verdaderos artistas en cualquier parte, aquellos valientes y sinceros consigo mismos que creaban arte no para agradar a vuestros sentidos sino para ser honestos con sus propias necesidades y/o gustos.

Que remedio, hasta entonces uno vivirá resignado a estudiar una carrera que no le servirá para nada y a trabajar duro con algo que tiene el mismo futuro.

La música estudia la forma de ser interpretada y escuchada, sin oidos no existe.