martes, 14 de agosto de 2012

Mi esperanza


Tal vez ahora más que nunca sepa bien que poco de lo que ofrece este mundo demasiado tangible me es útil. En una vida en donde solo podemos elegir el "cuando". Cuando mueves tu mano derecha 5 cm a la izquierda, cuando vas a comer, cuando vas a imaginar algo alternativo, cuando vas a tirarte por la ventana. Todas las elecciones que hacemos vienen determinadas por conductas arraigadas en la propia sociedad... el miedo, la tristeza, la alegría, contemplamos que surge de la propia experiencia social porque, sencillamente, no hemos tenido la oportunidad de probar algo distinto. Somos esclavos y presa de los sentimientos que nos provocan lo único que parece movernos de manera irracional en esta existencia: las personas.

Aparqué pensamientos racionales en busca de algo que contradijera esta (mi) teoría. Después de perder la última esperanza que tenía en algo que podía cambiar el estado sentimental de las personas de manera efímera (y no con ello quiero decir que sea una experiencia demasiado corta). Después de autoengañar a mi intelecto de forma insultante pensando que había algo más que hacer aquí, algo en lo que creer, algo que era de por sí todo lo que uno quería buscar en este trámite mortal.

Todos tenemos algún tipo de esperanza, la mía ha cambiado radicalmente. Mirad, puede que todo lo que estemos tocando, viendo, oyendo, oliendo o probando simplemente sea una ilusión mental de lo que es la vida, un reflejo de sufrimiento de otra realidad. Tal vez si despertamos encontremos aquello que si nos llena de esa vitalidad, encontremos ese sentido en otra estructura tangible del mundo. Ni siquiera lo podemos imaginar.

A menudo me siento identificado con Cifra, ese personaje que enseñó cosas como "La ignorancia es la felicidad". Se le presenta como a un villano, como si no saber la verdad fuera objeto de la más profunda animadversión. No somos nadie para hacer críticas, no poseemos las capacidades para alcanzar el significado completo de las cosas, todo lo hacemos de manera subjetiva porque somos tan inútiles como un humano.

Sencillamente, yo prefería una vida llena de ignorancia por el simple hecho de que una sonrisa era mucho más fácil todos los días. Mi esperanza es seguir al conejo rosa, tal vez en ese otro mundo me depare una ignorancia feliz o una vigilia de lo más decente.





2 comentarios:

AnónimaLuna dijo...

Causa-consecuencia, ¿como podemos saber que hasta el simple hecho de respirar cambia el sentido de una vida? ¿Somos fichas de un juego?
Quizás la humanidad busca el camino fácil, ese significado que para cada uno es diferente como es la felicidad...una meta inalcanzable, pues siempre habrá obstáculos en el camino. Se pueden pensar muchas formas de despertar del sueño, ver lo tangible de la vida, o de la felicidad en si...puede que el día que se halle tu teoría...al despertar estemos dentro de otra ilusión de ver la felicidad en el camino de la vida
P.D: Te entiendo mejor de lo que te crees 

Ddream dijo...

Solo queda hacer de la ilusión lo más parecido a un hogar