Siempre llego a un punto en el que el papel me dice que lo exprese tal y como se piensa. Que lo diga y punto... Pero no existe más punto que el que nosotros mismos escogemos por voluntad propia. Este instante por ejemplo podría ser un extracto de tiempo escogido minuciosamente para ser descrito. Pero no lo es... No tengo ganas de describir como describo lo que describo.
Porque me encantan los problemas... me encantan porque no he visto otra cosa en mi vida y tuve que aprender a abrazar al miedo, en mi caso, bailar y "abrazar perros sarnosos llenos de rabia"... y en ocasiones, así os imagino, como perros sarnosos llenos de rabia por un pedazo de carne intrínseca que llevaros a la boca... sin siquiera tratar de saber de donde sale esa maldita carne...
Imagino que soy un árbol, con hojas que se resisten a marchitarse... con voces puramente naturales que envían mensajes a un humano y le gritan: por favor! no hagas que muera! sigue alimentandome con tu humanidad, con tu energía, con tus buenas vibras y con tu benevolencia en el momento más crucial...! no permitas que caiga en la oscuridad y quiera encerrarme al más puro estilo CUBE .
Por eso, ignoro vuestros comentarios con segundas que se que van a herir... a tratar de ennegrecer un trapo limpio que solo una confianza entre "amigos" puede saber salvaguardar... a sacar una herida del pasado y utilizarla como una trampa para deshinibir tu imagen... y claro, yo sonrío.
Me río al degustar tu supuesta supremacía haciendose añicos, uno tras otro mientras tu posición intimidatoria se va al traste, pero no creas que me sabe dulce... que va, en realidad se muy bien que toda esta supuesta capa de problemas son parte de mí mente y ese afán por abrazar "perros sarnosos llenos de rabia". De liberar lo que sea que haya que liberar, pero con el camino más difícil, el camino más largo y el que más me entretenga... que cuando llegue al final no me de cuenta de si he llegado o no... que no tenga tiempo de pararme a pensar en si tengo que hacer un extracto de este punto al que he llegado y cómo... o no. Porque crecer probablemente sea un poco de eso... levantarte cada día y tratar de saltar todos los escollos que no pudiste saltar ayer para llegar a darle al entorno todo lo que te ha proporcionado. Que aunque nada cambie, cuando lo haga me acordaré de los días que salía a mirar el mundo por la ventana... de las veces que me moría de soledad en la esquina de mi habitación rapeando para ahuyentar el dolor... de todo lo que me enseñaste y cuanto apego te tengo por ello...
Volveré a mis raíces y quizás demuestre que las he entendido, me haré un árbol gigantesco y con mis frutos en forma de manos le otorgaré todo el bien que no he sabido devolver en forma de arte... que otra cosa no, pero se que gracias a tu único y más preciado fruto, me otorgaste a mi ese don... el de ver belleza en cualquier cosa que luche con más ahínco que tú, que aunque ellos no lo entiendan y tan solo vean un cuerpo... no han visto todo el camino que ha recorrido alguien para llegar hasta donde está, y sobretodo, con más lágrimas que sudor. Y uno, como no, a veces no puede evitar enamorarse y admirarse por llegar a hacerlo de forma tan pura
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