lunes, 26 de diciembre de 2011

Imaginandote como un fantasma



Ahí está, apoyado como siempre sobre dos cojines sobre su cama y sin dejar de teclear. No le gusta nada la televisión, sabe que solo ha sido una herramienta de manipulación desde que nació. No parece el mismo, algo le preocupa y sólo el fantasma que le observa le hace compañía.

Lleva puestos sus inseparables cascos, ellos son los que entienden todos y cada uno de sus estados. La sensación va más allá de una muestra de normalidad, cuando el tipo de música es capaz de hacer desahogar todo lo que lleva dentro es como si algo le abrazara. Entiende que no es traicionera, que jamás le abandonará y que le ayudará tanto como lo necesite, incluso si es en esos días en los que no estará con nadie y solo tendrá a una pantalla como compañía. El fantasma se sienta con él al borde de la cama y yo lo estoy viendo todo.

Seguramente será algo voluntario en este caso, porque la carencia está a tan solo una llamada de ser solucionada. Llamada... veo que no deja de mirar el móvil, parece como si quisiera llamar a esa persona aunque solo fuera para escuchar su voz una última vez. Sin embargo, una oleada de dudas y preguntas le está castigando con la mayor crueldad. Da la impresión de que no será capaz de sonreir hasta que no las responda, es obvio que necesita esperanza, una rama cercana en unas arenas movedizas.

Me preocupa que el chico haya comenzado a llorar, es horrible que parezca tan asustado. Para mi sorpresa, el fantasma se está acercando a él y extiende una mano a su cara. Parece desconcertado no sabiendo de donde viene ese tacto aparentemente tan suave, lo está buscando. El ente de energía ha comenzado a abrazarlo. El chico ha explotado de emoción. Parece que solo necesitaba contacto y afecto.


No hay comentarios: