Esa sensación de estar perdido en mitad de un camino que te resulta familiar y que crees que ya has recorrido. Es obvio que son los mismos síntomas que tantas veces se han repetido y que se habían esfumado como arena entre los dedos. Ese martirio en la garganta y esa mirada que únicamente refleja lo que su mente dibuja en contraposición con lo que dejan ver sus ojos, un mundo superpuesto que solo gira en torno a la misma dirección que en el pasado hizo que te volvieras loco.
En una noche cualquiera uno puede cambiar su rutina y decidir no publicar la misma escena deprimente con la que se autodestruye paulatinamente. Tal vez esa necesidad actuara de revulsivo hacia la curiosidad de adivinar que podría pasar, definitivamente la ilusión pudo con el resto... y realmente las ganas de que ese milagro se repita son más fuertes que cualquier otra cosa que haya podido probar en esta especie de laboratorio en el que ha convertido su vida.
Ansiaba esa sensación de viveza, ese grito de ansiedad tan silencioso y ahogado. Tras haber renunciado a ello con sus correspondientes síntomas se enfrentó a unos meses de vacío que había convertido en su realidad más natural. No saber que día sería más importante e ignorar completamente cualquier cosa más allá del propio contacto físico.
Puede que sea hora de reinventar ese sentimiento, de vivirlo de otra manera. De estar en paz con uno mismo y lanzarse a la piscina para vivir lo que nuestra propia esencia nos pide desde lo más profundo. De demostrar que somos capaces de fluir y estar en sintonía con lo que puede provocar una sonrisa.... a pesar de que haya sido una equivocación tras otra y que uno solo quiera estallar de impotencia. Es ineludible.
Creo que la decisión está cerca de ser muy clara. El tiempo está transportando el mensaje de manera muy transparente y concisa. La obsesión está presente, es un hecho y, eso indica que no pudiendo con algo lo mejor acaba siendo la unión.
Siempre serás bienvenido señor "Nunca es para siempre"
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