Extremadamente prendado de esas imagenes que le hacen sonreir en su mente, se pregunta como tiene tantas ganas de casarse con alguien cuando el nunca creyó en las bodas y ni siquiera sabría como vestirse. La respuesta quizás la tiene un dibujo perdido entre dibujos, con todo lujo de detalles que magnifican el simbolismo desde el primer día que le invitaron a subir a ese tren rojo hasta largo tiempo después... queriendo que el viaje no acabe jamás. Desde luego no será por combustible.
Desde que era pequeño había pasado los veranos viendo sus películas favoritas, descubriendo series o enganchado a tantos videojuegos que sus padres le castigaban organizando quedadas con su primo. Ni siquiera se dió cuenta de como empezó a ver en esa pantalla a esa persona que le alegraba los días y las noches, que conseguía que dejara atrás los pensamientos que había atesorado durante toda su vida y se transformaran en una adicción masiva a la curiosidad.
Se preguntó miles de cosas y cada día tenía un nuevo motivo para sonreir, esa persona lograba sacar lo que el ni siquiera sabía que tenía dentro, tanta felicidad parecía cosa de películas infantiles o cuentos de hadas. La adicción a los videojuegos dejó paso a otras drogas... no lograba dormir sin recordar su sonrisa y ni siquiera era capaz de pensar en otra cosa que no fueran esas palabras que le pusieron tan nervioso la primera vez.
Le habían regalado el mejor verano de su vida, fue tan perfecto que formó parte de la realidad y, lo mejor, es que sabe que es una historia con tan solo unas páginas llenas de vida... quedan millones y millones por escribir, con tinta roja, como esos labios tan geniales.
She is everything I need that I never knew I wanted
She is everything I want that I never knew I needed
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