Pronto entregaré la tarjeta de embarque que me transportará a mis raices, ese lugar que me vió crecer y que fue testigo de mi propia evolución. Son muchos los recuerdos que tambalean mi mente en forma de imágenes retocadas en sepia. Muchos de ellos felices, otros sin ni siquiera un ápice de luz pero todos conforman mi estancia y mi evolución como ser allí...
Todos en su conjunción componen mi firma, lo que soy hoy en día. A veces lo represento en forma de un nombre, otras se merece algo más y le dedico un sonido transformado en palabra. A veces siento que su concepción va más allá de unas simples letras, que no es sino una forma de recordarme a mí mismo quien soy y quien quiero ser. Que a pesar de que vampiresas tengan sed de dolor, que la vida me traiga oscuras experiencias o que cometa el error de olvidar quien soy; yo debo seguir el camino que siempre me guiaron mis ideales. El camino que un día marque de color rojo en el calendario, la meta que un día todos nos proponemos conseguir en un momento determinado.
Se muy bien que habrá gente que me recuerde todo esto, pero también se que solo yo podré comprender cuánta importancia tiene que me ciña al plan que todos elaboramos en nuestro fuero interno.
...Porque algún todos sabrán quien soy sin necesidad de ninguna presentación...
Remember the name
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