Una vez más alejado del mundo y pasando los mismos 3 o 4 días por semana entre cuatro paredes. Da que pensar, como en tan poco tiempo tu propia vida puede cambiar hasta convertirse en algo totalmente distinto.
Sabes que antes eras una persona muy diferente, quizás solo vivías por y para alguien pero ahora, no vives para nada. Al parecer es bastante fácil perder todos tus sueños y motivaciones de un día para otro, lo difícil es saber como encajar todo el cúmulo de sensaciones en una milésima de tiempo. A lo mejor por esa razón se nos otorgaron los sentimientos, para lograr encajar tanta información y asimilarla en un click de mousse y que nos sirva como experiencia didáctica. Lamentablemente el hombre, como impulsivo que es, tropezará cuantas veces sea necesario con la misma piedra.
Se hace bastante cuesta arriba cuando no puedes obtener lo que deseas. Cuando lo único a lo que te has aferrado tras perder lo más preciado se hace imposible por los propios miedos o timidez. Porque en estos momentos la propia personalidad te juega malas pasadas, echas la vista al cielo y sueñas con ser esa persona que posee la respuesta y que sabe como actuar para conseguir salir de cualquier situación y obtener lo que desea. Sin embargo siempre recuerdo como me llamo y, sobretodo, como hice llamar. Sé que soy todo lo que mi sobrenombre me otorgó porque así lo quise. Sé que el día que consiga lo que tanto añoro en la actualidad volveré a tener algo por lo que sonreir cada mañana y algo en lo que pensar... Se que volveré a estar tranquilo y seguro de que todo irá bien... Sé que es posible un futuro feliz... cada vez que miro dentro de mí puedo notarlo... algún día pasará...
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