miércoles, 16 de noviembre de 2011

Felicidades

Recuerdo cuando solo eras del tamaño de un cojín. Tu única función era comer, llorar, dormir, reir y no necesariamente en ese orden. Sí, y era yo quien tenía que mecer para que tu progenitora pudiera desempeñar los quehaceres diarios, o provocar regocijos porque hacías que un idiota se lo pasara bien con una mente comparable con la de un mono.

Te daban miedo aquellos carros-bici para toda la familia e incluso amigos, montabas y enseguida estresabas a media ciudad. Tenías un menú peculiar, de hecho, solo comías algo sólido si eran patatas pringles o pizzas caseras asique eras objeto de bromas por parte de tu primo. Creciste aprendiendo catalán y solías bañarte en aquella piscina del patio todos los veranos, se veía que lo pasabas bien.

Has roto innumerables cosas empezando por juguetes valiosos, mesas de cristal, videoconsolas e incluso tu propio brazo en alguna ocasión. Respiras un estilo de vida interiorizado, tienes una burbuja que nadie conseguirá traspasar fácilmente, no sin confianza de por medio. Has tenido que vivir momentos que no deberías haber visto jamás.

Eres bueno con las artes marciales, no se te da tan bien el fútbol pero aún asi te gusta, no has tenido suerte con los entrenadores. Se te da bien ser responsable. Debes de tener un cociente superior a la media para poder hablar de cosas que no suelen hablar las personas a tu edad y sobretodo, de explicarlas. Dedicas muchas horas a los videojuegos, las series y las películas, seguramente en un futuro no muy lejano, seré yo quien tenga que preguntarte para obtener respuestas.

Me pregunto a quien te parecerás.

Felicidades

aunque no tenga los premios que su hermano se los quede
no le importa si le quieren más o menos,
si hace que sus sueños despeguen
porque lo que él tiene dentro no se borra cuando llueve

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