viernes, 17 de junio de 2011

El chico de la tercera fila



Y como siempre, escuchando música vuelvo al teclado. Me llevo conmigo esos días que se llenan desde el colegio a casa, gracias al color rojo y aleteo de ese efecto mariposa que es capaz de provocar huracanes.

Dicen que últimamente dibujo demasiadas veces tu aspecto en forma de palabras... no puedo evitar hacerlo público y estar orgulloso de poder retratarlo. Podría decir que Hablo como si danzara, como un Amor platónico. Es posible que cada vez lo vea más claro pero me torturo cuando el miedo al "no futuro" me embarga totalmente. Quiero hacerlo, quiero tener esa oportunidad y demostrar que puedo hacerlo.

Dicen mis paredes que últimamente presto demasiada atención a los cleanex, necesito gritarlo y que seas capaz de entenderlo a la primera... necesito que tu necesites lo mismo. Ni siquiera puedo hacer honor a mi sobrenombre y pasar esa típica noche con morfeo de unas 8 horas... no duermo... pienso demasiado... elaboro complicados planes que me permitan alcanzar el objetivo pero todos parecen tan drásticos que inmediatamente desisto...

Algún día tendré valor para hacerlo y no habrá vuelta atrás... porque no pienso hacerlo si no veo ese arcoiris frente a mí. Sueño con mucha arena y agua alrededor, miradas cómplices, sed y necesidad de nudos y que las palabras brillen por su ausencia. Confío en que lo descifres y lo hagas mucho más fácil... yo lo llamo sonrisa.

Busca donde hace calor, busca en las pistas que dejo en este manifiesto, busca en tu imaginación y te será mucho más fácil...

Entra como siempre cada día tarde a clase, se sienta en la tercera fila y espera que pase, la angustia de sentir que esta fuera de lugar, dibuja un corazón en rojo que le hace soñar, la mira de reojo cuando ella se distrae, no sabe porqué pero sus ojos lo atraen. Suele imaginar que se atreve a declararse pero vuelve a donde está, y a la sensación de odiarse. Lom-C

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