martes, 18 de octubre de 2011

The fear

Avanzar es un camino lleno de edifícios heridos por la guerra, un escenario tétrico y a la vez pueril en el que uno debe pasear diariamente. Caminas con un fusil en los hombros, es tu único escudo, un instrumento que no debe confundirse con un arma. Simplemente lo utilizas para que tanto "amigos" como enemigos no se acerquen a ti. te proporciona ese deseo y a la vez maldición que el destino ha querido para ti. Eres el único miembro de tu escuadrón que es capaz de ver la atrocidad de su alrededor, ellos se guían por ordenes, por dinero, por el deber o simplemente por instinto de supervivencia ante una situación limitada de recursos. Sin embargo, ese pavor no te impide dar un paso y otro y otro, porque quieres que llegue el final del camino, la respuesta a todo.

Has dormido mal, otro día más te has arrinconado en un sótano alejado de ellos junto con dos sacos de arena que te han hecho de almohada durante unas horas, fue una suerte que hubieran obras antes de que todo comenzara. La noche ha sido larga, te has recreado en tus pensamientos mientras una estrella brillaba con luz propia en ese manto oscuro que te adormeció tras la ventana sin cristales. Llovía, y unas gotas se mezclaban unas con otras, solo tu sabes que es capaz de hacer el desasosiego en lugares tan vacíos como tu propio interior.

Tus ojos amanecieron violentamente gracias a ese rayo de sol... la lluvía ha dejado paso a un escenario desértico y mal estructurado por la madre naturaleza. Hoy es el día, a lo lejos sabes que recorrerás el camino. Ya divisas a la princesa al final de la torre, el escuadrón Omega esta en el punto más delicado de la operación. Casi puedes sentir como tu boca muestra las ganas de sonreir... no, todavía es pronto para algo así. Tratas de imaginarla como la recuerdas, ese vestido blanco que dejaba entrever la desesperación, marcas rojas zurcidas alrededor, parecía una nube delicada en esos cielos oscuros. Esa mirada aniñada e inocente, era capaz de atrapar cualquier mente tan débil tan receptiva como la de nuestro protagonista. Esta era su misión, su propósito y sin duda, no podía abandonar el bienestar y libertad de alguien que le inspiraba hasta el punto de soñar despierto.

El viaje está llegando a su fin... la incertidumbre de no saber que ocurrirá le mantiene despierto, por otro lado, la respuesta esta cerca y continuarás adelante. Puede que el color cambie otra vez.


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